martes, 26 de junio de 2012

Ruido

No puedo dejar paso al ruido.
Cada adelanto de la realidad me supone un silencio absoluto durante segundos eternos.
No se que decir. Finjo sonrisas desdibujadas, porque no me apetece ni mover mi gesto serio.

Hago de oidos sordos ante tanta información.
Pierdo el pensamiento mientras emigro a lugares de mi mente que traten de entender.
Y es entonces cuando la rabia empieza a aflorar...
Y me controlo. Me gustaría parar. Lo consigo.

El ruido vuelve. Yo lo silencio y paro y lo paro... prefiero mil palabras no dichas.
Rapidamente retomo la realidad, la que ahora ahoga, aprieta. Evito y resuelvo, pero mi mirada no va.
Trato y distingo, para no saber, para ser más veraz, para terminar con tanto ruido.

Me levanto lento, sin ganas de otro más sin saber cuando caerá.
Ruido, inducido, de viva voz...

Silencio elegido, adulterado por tanto ruido, tanto ruido...