viernes, 30 de mayo de 2014

vida

Al final, he llegado al principio.
Como si nada me importara antes de estar cara a cara con lo que era cuestión de tiempo.
Y al decir adiós las lágrimas han brotado hacia adentro. Noté como me resvalaban por la garganta y ahogaban un mar de sensaciones muy encontradas.

Y mi cabeza racionaliza y mi mente vuela. Y mi cabeza baja al suelo y mi mente se balancea.
Lo que deseaba ya está. Siempre se imagina y siempre la realidad no es como se imagina.
Estas sensaciones son pausadas, las creía más movidas, pero son paradas. Sin fin, sin principio, con final.

Se y se percibe que mi incomodidad es por rechazo. Se que nada de lo pasado está en mi vida. Se que todo llega y todo pasa.
Y sin estar fuera de lugar, estoy en otro lugar, y mis ojos no me engañan, y quiero mirar, quiero ser consciente y verlo.
No pensar es una estrategia de entrada, la que sigue es pensar y meditar y distraer y volar y regresar para irse de nuevo.

Ya no quiero los caminos de doble sentido, me decanto por los de un sentido y si acaso, mirar por el retrovisor lo andado, pero ya con los ojos entornados y de reojo.

Tanto y tan poco... eso de que no somos nadie es tan cierto a veces...
La figura desdibujada del presente continuo es una evidencia contra la que no hay debate posible.
Tales volteretas da la vida que despeina, y toca volver a recolocar y rehacer y construir y destruir y fortalecer y andar y pararse y caer y levantarse y estar para no estar y evadirse y lamentarse y reirse y cansarse y seguir.

Fin del capitulo que comienza. Comienzo de una nueva escena llena de casuisticas. Es fácil de un lado, también lo es del otro, pero no me he querido dar cuenta.

Tengo a mi amor, en el me refugio y a el me dirijo con paso firme. De él renazco.

La vida es resumen. Mi vida se resume.

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