domingo, 3 de mayo de 2015

Certeza

En tierra de nadie y con los pies de plomo.
Un domingo, o sábado y quizás un lunes.
Tal vez sean dos días sueltos, o varios seguidos.
No se si decir demasiadas emociones o dejarlo en pocas muy intensas.
No sabría explicarme.

La sensación pasa por la razón. La está depurando para devolverla como otra cosa.
Más débil? más llevadera? más razón que emoción? No lo se.

Hay tantas certezas según el momento... y todas tan válidas a ratos y tan desorbitadas en otros...

No puedo ni quiero tener una certeza. Según el momento tendré varias. Pero ninguna la más real.

No me importa la oscuridad, ni el instante, ni la luz, ni mi estado, ni lo que está ni lo que no.
Llevo regular muchas cosas, pero tengo muchas otras para pensar.
No me esfuerzo por la perfección, aunque siempre preside lo que hago.

Al final todo son rachas, momentos indebidos en instantes deseados.
Momentos vividos en instantes poco claros.
Me quedo con esas certezas de que mañana lo veré de otro modo.
Me quedo con la certeza de haberlo vivido.

Mientras tanto, sumo.
Mientras tanto, resto.

Mientras tanto la vida sigue y multiplica mil momentos por tantas emociones que la memoria hace olvido.

Certezas muy reales. Certezas muy relativas.

Mi certeza ha de ser mil y una para poder quedarme con alguna al menos.

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